CONSECUENCIAS EN LA SALUD MENTAL DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL  

Hoy, día 10 de Octubre, día de la Salud Mental, queremos destacar las posibles secuelas invisibles que deja la violencia sexual en las víctimas.

Las víctimas de violencia sexual pueden sufrir consecuencias devastadoras para su salud mental. Estas pueden variar según cada persona. Las más comunes son: 

 -Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Muchas víctimas desarrollan síntomas de TEPT, como revivir el evento traumático, pesadillas, flashbacks y ansiedad intensa cuando se enfrentan a recordatorios de la agresión.  

-Ansiedad y ataques de pánico: Las víctimas pueden experimentar ansiedad crónica, sentir miedo constante o sufrir ataques de pánico, incluso en situaciones cotidianas.  

-Depresión: La depresión es una consecuencia frecuente, que puede manifestarse en forma de tristeza profunda, desesperanza, pérdida de interés en actividades, fatiga o dificultad para concentrarse.  

-Baja autoestima: Las personas que sufren violencia sexual a menudo luchan con sentimientos de vergüenza, culpa y falta de valía personal, lo que afecta negativamente su autoestima.  

-Trastornos de conducta alimentaria (TCA): Algunas víctimas desarrollan trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, como una forma de recuperar el control sobre sus cuerpos.  

-Abuso de sustancias: Para lidiar con el trauma, algunas personas recurren al alcohol o las drogas como un mecanismo de afrontamiento para adormecer el dolor emocional.  

-Dificultades en las relaciones: Las víctimas pueden experimentar problemas para confiar en los demás, lo que afecta sus relaciones personales y románticas. También es común la disfunción sexual o el miedo al contacto íntimo.  

-Pensamientos suicidas o suicidio: En casos graves, la combinación de estos síntomas puede llevar a pensamientos suicidas, intentos de suicidio o al suicidio.  

-Disociación: Algunas personas disocian como una manera de lidiar con el trauma, lo que significa que pueden desconectarse de sus emociones o sentirse como si estuvieran observando la situación desde afuera.